domingo, 10 de mayo de 2009

Se disipan las tinieblas del sector bancario




Las decisiones tomadas en el mes de agosto tienen la virtud de pintar puntos de inflexión. En agosto del año 31 a. C. venció Augusto a Cleopatra y a su amancebado Marco Antonio. La historia tomó un camino irreversible. En agosto de 1492 partió Colón de Palos de la Frontera y la historia tomó un camino irreversible. En agosto de 1945, Hiroshima se derritió tras las hélices del Enola Gay y la historia tomó de nuevo el camino irreversible. El 9 de agosto de 2007, los bancos centrales de Europa, Japón, Australia, Canadá, Noruega, Suiza, Dinamarca, Indonesia, Corea del Sur, Filipinas y Estados Unidos inyectaron a sus respectivos sistemas financieros, y a través de subastas de liquidez, 236.000.000.000 euros, es decir, 236.000 millones de eur
os. Esa cifra equivale a 39.267.096.000.000 pesetas o, más sucintamente, 39,26 billones* de pesetas. Y se tomó, con ello, un camino irreversible.

La alharaca alcista de todos los mercados bursátiles se truncó entonces, como puede apreciarse en el gráfico** adjunto, que comprende los últimos cinco años de cotización del índice de referencia estadounidense, el Dow Jones de Industriales:


Leyenda: el trazo morado une los mínimos crecientes marcados al cierre de sesión por este índice entre el 14 de julio de 2006 y el 15 de agosto de 2007. La línea azul enlaza los máximos decrecientes desde el máximo histórico del Dow Jones, registrado el 9 de octubre de 2007 en los 14.164,5 puntos. La línea negra indica cómo se fue agudizando la tendencia bajista desatada tras las primeras inyecciones de liquidez de los bancos centrales, ante la incertidumbre sobre el tamaño real del agujero financiero. La línea vertical señala el momento en que se suministran los 360.000 millones de euros y coincide con el vértice del triángulo que anunció la tendencia bajista del mercado.

Se puede determinar como fecha del estallido de la crisis subprime el día 9 de agosto de 2007; el momento en que ya nadie podía confiar en las prácticas de los grandes bancos estadounidenses. Su irresponsabilidad en la concesión de préstamos hipotecarios a clientes con un bajo grado de solvencia (conocidos como NINJA: No Income, No Job, neither Assets; sin ingresos, sin trabajo ni recursos) había llegado lejos y el sistema financiero de los paíeses desarrollados corría un grave riesgo de colapso. El carácter especulativo de la bolsa comenzó a labrar una fotografía aproximada de la burbuja donde se asentaba el sistema financiero. Desde su pico histórico, el Dow Jones perdió más de la mitad de su valor hasta marzo de 2009, cuando cesaron los descensos:



Los Estados retomaron su cetro interventor y en la cumbre de Washington del 15 y 16 de diciembre decidieron fabricar las plaquetas que restañasen la herida. Ninguna entidad quería tener nada que ver con ellos, excepto para financiarse, pero el negocio estaba en el tapiz: el sistema dispone de un órgano bancario que lo alimenta y lo vertebra. Estados Unidos ha gastado en sus "planes de estímulo" 1.600.000.000 dólares, es decir, 1,6 billones (parte de la cifra se obtiene de la deducción de impuestos). En pesetas, el guarismo asciende a 171.497.377.920.000, es decir, 171,49 billones. Ahora, los especuladores, que labran fotografías de la realidad en la bolsa de valores, creen que ya casi se ha terminado de zurzir el roto de los balances de los bancos de EEUU. Esta semana, la agencia de noticias Bloomberg recogía los resultados de las pruebas de estrés (stress tests) realizadas por la Reserva Federal (Fed): Bank of America, Wells Fargo, Citigroup, Morgan Stanley, Regions Finantial, SunTrust, Fifth Third Bank y KeyCorp aún necesitan captar en conjunto un capital de 74.600 millones. El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, afirmó que ninguna de las diecinueve entidades examinadas son insolventes. A cinco grandes (JP Morgan Chase, Goldman Sachs, MetLife, American Express y Bank of New York Mellon) no se les exige capital adicional.

El parqué es el teatro donde se representan los roles que juega cada engranaje de la Economía. Los inversores interpretan lo que leen en ella y confían en el futuro de los bancos estadounidenses. Su labor es especular sobre el valor futurible de una empresa y estar dispuestos a pagar por hacerse con un cachito de ella. Por eso la bolsa adelanta acontecimientos, funciona de forma retrofuturista.

¿Cómo interpretó esto el inversor? En la sesión del viernes, los títulos más negociados del Dow Jones fueron dos bancos: Citigroup (767.248.413 acciones, para repuntar un 5,5 por ciento) y Bank of America (681.310.401; un 4,8 por ciento al alza). JP Morgan fue el cuarto título más negociado (110.026.329 acciones, para subir un 10,5 por ciento); American Express, el décimo (36.211.248; avanzó un 9,3 por ciento). Ya se conoce la magnitud de las heridas y ha cesado el miedo a lo desconocido. El volumen de negociación empieza a superar la media de los últimos meses y además señala la dirección y sostiene su sentido:



Desde el 1 de octubre, las acciones del que fuera el mayor banco de la última década, Citigroup, caen en picado por el influjo de la quiebra de Lehman Brothers y la falta de certeza sobre la solvencia de estos bancos. Desde su máximo en el último año, los 23,73 dólares marcados al cierre del 15 de abril de 2008, el valor de Citigroup en bolsa se desploma en más de un 20 por ciento y llega a cotizar por debajo de un dólar (0,97 dólares, su mínimo histórico). Desde ese punto, las acciones de Citigroup transitan por un canal alcista, aunque para ganar continuidad primero deben superar la zona de resistencia generada antes de los mínimos. El volumen de negociación aumenta con fuerza desde el suelo.

Al inversor le parece que los bancos vuelven a ganar dinero; los bancos eso han dicho; y la Fed ha hecho su donoso escrutinio. A los tres les va la bolsa y la vida en ello, no hay que olvidarlo. Es el momento de advertir que la banca vuelve a funcionar después de un año y diez meses de que sus hábitos les suicidaran y, de paso, atascaran los engranajes de la economía. El Estado, que tantos recursos ha destinado para sanarlos, les ha aprobado en las pruebas de solvencia: se ha restituido a la serpiente, a la portadora del veneno y del antídoto, y todavía la necesitamos para contrarrestar las toxinas.


* Millones de millones, en español.
** Todos los gráficos han sido tomados de www.bloomberg.com. Los análisis son de elaboración propia.