sábado, 4 de septiembre de 2010

El islam del pedestal de Carlomagno (III)




El fenómeno del temor a la pérdida indentitaria o cultural europea por influjo de la presencia musulmana –analizado en las dos entradas anteriores– presenta unos resortes analíticos que han sido bien definidos en la teoría del choque de civilizaciones. Según esta: «Una civilización es una cultura más o menos cerrada y con una tradición cultural más o menos hermética e impermeable que, por ende, se encuentra en oposición a otras civilizaciones con tradiciones diferentes», recoge Wikipedia. Esta definición de civilización incluye la idea de un conflicto inevitable alimentado por una estructura axiológica esencialmente opuesta, como sostiene el teórico Samuel Huntington: «los conflictos entre civilizaciones son inevitables, puesto que cada una cuenta con sistemas de valores significativamente distintos». En una relación de carácter dialéctico entre dos civilizaciones, lo previsible es que una de las dos escalas de valores enfrentadas tienda a imponerse. El conflicto terminaría en el momento en que un sistema de valores prevaleciera sobre el otro, menguándolo o haciéndolo desaparecer.

Huntington afirma en su artículo «El choque de civilizaciones»*: «El choque de civilizaciones sucede sobre dos escalas. En la micro-escala, grupos colindantes luchan a causa de las fallas que existen entre civilizaciones, a menudo violentamente, con el fin de controlar el territorio ajeno [esto ocurriría, por ejemplo, en Suiza con el asunto del plebiscito sobre los minaretes]. En la macro-escala, los estados de las distintas civilizaciones compiten por un poder económico y militar relativo, luchan por el control de las instituciones internacionales y el control de terceros, y competitivamente promueven sus particulares valores políticos y religiosos [como sucede entre Israel y los países adyacentes]». Si este mecanismo de los coflictos civilizacionales resulta cierto, ofrece a Occidente una especie de almanaque sobre cómo podrían desarrollarse los acontecimientos en Europa. A la vez, predice una serie de situaciones problemáticas a partir de las cuales se podría establecer un código de propuestas para anticiparse al choque de civilizaciones o zanjarlo con éxito y prontitud.

La organización política de las culturas aquí enfrentadas, lejos de ser estrictamente ideológica, se compone de un conjunto de directrices axiológicas de carácter religioso, especialmente en el entorno musulmán. Un poco de geopolítica puede ayudar a entender esta afirmación: del círculo cultural islámico, al menos siete países, con una población de 327.914.563 personas**, se definen como formas de estado islámicas –cuyas instituciones y leyes se avienen a la Sharia–; son Pakistán, Afganistán, Irán, Arabia Saudí, Omán, Yemen y Mauritania. Por otro lado, en la Unión Europea habitan 501.064.212 personas; de ellas 53 millones, un 10,5 por ciento, son musulmanas. El mapa inserto a continuación describe el carácter de los gobiernos del entorno musulmán:



Mapa de las formas de gobierno de los estados islámicos. Tomada de Wikipedia.


Este mapa ofrece una idea de la situación geográfica del islam y puede ayudar a entender la siguiente cuestión: en la actualidad, los enfrentamientos más aparatosos entre civilizaciones encierran el factor común del islamismo: Occidente, Israel, India, Rusia, China o algunos países subsaharianos andan enzarzados en conflictos con países o grupos sociales adscritos a la civilización islámica. Esta se contrapone a la occidental en términos esencialmente religiosos, aunque de un modo asimétrico, puesto que el laicismo o la aconfesionalidad en Occidente son valores vacíos en tanto que no sustituyen el interés religioso. Pese a que el factor común en estos enfrentamientos es sistemáticamente el islam, el núcleo del asunto no reside en el componente islámico en sí, ya que situaciones similares se repiten en conflictos como el chino-tibetano. No obstante, el islam es fuente de numerosos enfrentamientos, comparativamente más que los causados por otros órdenes axiológicos enfrentados.

La teoría del choque de civilizaciones explica satisfactoriamente el temor de Occidente a una decadencia cultural e identitaria creada por la creciente presencia demográfica de elementos islámicos –lo que se exponía en el documental insertado en la anterior entrada de «El islam del pedestal de Carlomagno»–. Por otro lado, si bien esta teoría explica la política presente y anticipa próximos movimientos geoestratégicos, también alude al enfrentamiento islámico-occidental del medievo, que parece estar en el origen del temor decadentista europeo –tema que introduce la trilogía de «El islam del pedestal de Carlomagno».

Ese temor ha generado mucha literatura. Algunos teóricos han vaticinado un destino árabe-islámico para Europa. El ejemplo más conocido es el de Bat Ye'or y el concepto de Eurabia, que anticipa que la cultura dominante en el Viejo Continente será la islámica. En esta transformación operaría una serie de grandes flujos migratorios. El periodista Juan Carlos Castillón resume el concepto: «Eurabia es una tesis conspirativa defendida por una periodista de Fox-News que firma sus artículos con el pseudónimo de Bat Ye'or (Hija del Nilo); es también la palabra con la que describe el proceso de incorporación europea al islam, causado por un cambio demográfico que estaría provocando que Europa pasase de ser un continente cristiano de raza blanca a ser uno de predominio semítico-islámico. Un cambio debido en parte al cálculo árabe pero también a las políticas antiamericanas y antisemitas de una Europa en que los franceses tienen poco peso y envidia con respecto a los Estados Unidos. Tengo que hacer notar que la tesis de Eurabia no enfrenta a los árabes conspiradores de éxito con los norteamericanos, sino con los franceses»***.



Mapa de la hipotética Eurabia, tomado de la Wikipedia. Se observan los estados de la Liga Árabe, de la Unión Europea e Israel.


Algunos indicios de la hipotética Eurabia son, según Wikipedia: una política exterior conciliadora con los países árabes, con oposición a Estados Unidos e Israel, el ingreso de Turquía en la Unión Europea –Gaddafi afirmó el 29 de agosto que «el primer paso para la islamización de Europa será la entrada de Turquía en la Unión Europea»–, apertura a la inmigración procedente de los países musulmanes –consultar la anterior entrega–, el rechazo a la mención de las raíces cristianas de Europa en la Constitución Europea, la concepción de Eurabia como un gran régimen autárquico, es decir autosuficiente económica y políticamente –acorde con el concepto de Umma, aludido en la anterior entrega–, y la defensa de la compatibilidad entre Islam y democracia.

¿Teoría conspirativa o hipótesis plausible? Los indicios en que Bat Ye'or sustenta el concepto de Eurabia no parece que se alejen de la realidad.


* Para profundizar más en las ideas de Huntington sobre los conflictos entre civilizaciones, puede recurrir a su artículo «The clash of civilizations?».
** Todos los datos demográficos se han recogido de la Wikipedia.
*** Juan Carlos Castillón Martín, Amos del mundo, ed. Debate, Barcelona: 2006, pág. 259.



1 comentario:

Movimiento 31 dijo...

Sea bienvenido a Movimiento 31, Rodolfo.

En primer lugar, quería darle las gracias por animarse a participar en este cuaderno de pantalla. Sin embargo, he de pedirle que siempre que se exprese en esta ágora lo haga con respeto.

Comprendo su inquietud acerca de la actualización del cristianismo a partir de ópticas más acordes con las demandas psicológicas de la población actual. Si repara un tanto en sus propias ideas, se dará cuenta de que lo que propone presupone una estructura circular de la historia (sin que esto sea algo negativo), puesto que apela a la pluralidad y el sincretismo, dos factores que forjaron el cristianismo primitivo.

Me atrevo incluso a señalar que usted pretende lo que Agustín de Hipona y Tomás de Aquino hicieron con el cristianismo en sus épocas: investir de un corpus filosófico sólido (entonces lo era, sin duda) a las doctrinas cristianas.

Quizá entonces y ahora el desencadenante de estas necesidades sea el entorno de crisis en que Occidente anda inmerso.

Un saludo