domingo, 14 de febrero de 2010

De arañas, remedios y bailes





Entre las más espléndidas criaturas de Dios, los artrópodos arácnidos han sido privilegiados personajes de los sueños y el imaginario de los hombres, generalmente por la fobia que infunden las arañas, una de sus especies, y que se denomina aracnofobia. Viejos mitos concebían las arañas como formas de vida dignas de otorgarse en castigo a los humanos soberbios; el más representativo es aquel que narra la disputa entre la fabulosa tejedora mortal Aracne y la diosa Atenea, protectora de las bordadoras y tejedoras, y que relata Ovidio en el  Libro sexto de Las metamorfosis. Cuando la iracunda Atenea juzgó la obra de su rival superior a la suya, la deshizo airada y "tres, cuatro veces la frente golpeó de la Idmonia* Aracne" para luego maldecirla, cuenta Ovidio, que concluye el episodio de la siguiente manera (Las metamorfosis, L. VI, vs. 139-145):


Después de eso, cuando se marchaba, con jugos de la hierba de Hécate
la asperjó: y al instante, por la triste droga tocados,
se derramaron sus pelos, con los cuales también su nariz y sus orejas,
y se hace su cabeza mínima; en todo su cuerpo también pequeña es,
en su costado sus descarnados dedos, en vez de piernas se adhieren,
el resto el vientre lo ocupa, del cual, aun así, ella remite
una urdimbre y sus antiguas telas trabaja, la araña.


El célebre ilustrador alsaciano Gustavo Doré supo inmortalizar con acierto el sarcástico desenlace del certamen entre las excelentes tejedoras en una de sus ilustraciones para cierta edición de la Divina Comedia que se publicó en 1868:




Detalle que procede de "Dante contemplando el espíritu de Aracne", la duodécima ilustración realizada por Doré para la segunda parte de la Divina Comedia, 'Cantos del Purgatorio'.



Por recaudar más sustancia mitémica sobre estos fascinantes seres de ocho patas, la alusión a Shelob resulta inevitable. Ella-Laraña (She = ella; lob = araña, en inglés antiguo) es una de las monstruosas hijas Ungoliant. El clímax de su biografía sucede cuando vence y envuelve en su seda al abnegado Frodo Bolsón en las Montañas de la Sombra, orografía de Mordor, durante el segundo volumen de El Señor de los Anillos. En esta carta del juego homónimo podemos apreciar las dimensiones y características espantosas del engendro arácnido:





La carta pertenece a la colección The Lord of the Rings Trading Card Game. La imagen ha sido tomada de este sitio, en el que pueden encontrarse algunos naipes más.



Dios honró a las arañas con facultades deletéreas, pero si Ovidio no prestó atención a este particular en la metamorfosis de Aracne, J.R.R. Tolkien sí se detuvo en describir las de Shelob. En el décimo capítulo de Las dos torres, 'Las decisiones de Maese Samsagaz', el autor desliza una discreta referencia al veneno de la bestia y sus efectos en el decurso del feroz combate que libra con el compañero del atarantado portador del anillo:


Allí estaba, agazapada, el vientre palpitante desparramado en el suelo [...], juntando fuerzas para dar otro salto, para aplastar esta vez, y picar a muerte; no una ligera mordedura venenosa destinada a suspender la lucha de la víctima


Transpongamos los memes y mitemas arácnidos para adentrarnos en los ámbitos histórico-legendarios de estas criaturas. Las arañas más grandes, no requieren el tamaño de las referidas, suelen atesorar ponzoñas mortales. Las especies más peligrosas habitan en continentes distintos del europeo, y Europa, por analogía con su araña más grande, lycosa tarántula, las conoce con el nombre genérico de tarántulas, una palabra cuyo étimo hay que buscarlo en el topónimo Tarento, polis fundada en el siglo VIII a. C., según diversas fuentes, por emigrantes griegos.

Cinco centurias más tarde, la incipiente potencia romana pretendía sojuzgar y absorber a los griegos que poblaban la Magna Grecia. Existía a la sazón un tratado entre Tarento y Roma que impedía a esta atravesar por mar el estrecho de Mesina, pero en el 281 a. C. un convoy rebasó ese límite y, a modo de provocación, solicitó atracar en Tarento. Los tarentinos saquearon el convoy y estalló el conflicto. Pirro, rey de Épiro y gran aficionado a la guerra, decidió prestar socorro a los griegos y acudió con sus huestes al año siguiente. Según varios textos, trajo consigo algunas lycosas para emplearlas contra las tropas romanas, en lo que podría considerarse una forma primitiva de guerra biológica.




Retrato de una lycosa tarántula tomado de Wikipedia, donde se describen algunas de sus costumbres y características: "Son una especie noctura, y generalmente montan guardia en la boca de su cueva esperando una presa, por lo que es extraño que una persona pueda econtrarse con ellas. [...] El veneno de las lycosidae no es particularmente tóxico en humanos y no es más doloroso que el de la abeja."



Las arañas han logrado contaminar los hábitos y costumbres de los pueblos y ser motivo de tradiciones centenarias. Antiguas creencias populares radicadas en el sur de Italia atribuían a la picadura de las lycosas extrañas alteraciones en el comportamiento del hombre, como fuertes convulsiones y atarantamiento, voz que hunde su raíz en el vocablo "tarántula" y que alude a un estado de aturdimiento y confusión agudos. El tarantismo, sin embargo, no es más que una superstición que ha quedado fosilizada en expresiones como "¿ti ha morso la tarantola?" (¿Te ha mordido la tarántula?), que se usa hoy como fórmula de reprensión contra las personas inquietas.

Además de los síntomas, esta leyenda instituía también un remedio para la picadura de tarántula que consistía en agitar los brazos y mover el cuerpo de la misma forma que los arácnidos sacuden sus pedipalpos en el aire. Esta danza sanadora dio lugar a uno de los bailes típicos del sur de Italia y a la vez género musical tradicional: la tarantella (> Tarento) o pizzica, cuyos pasos, compases** y estilo podemos apreciar en este vídeo...






... y cuya similitud con los movimientos que realizan las arañas con sus extremidades en el momento de envolver a sus víctimas en seda puede comprobarse en el siguiente vídeo, que se titula, en alusión a la parte mitémica de esta entrada, "El verosímil destino de Frodo Bolsón" (se recomienda verlo ampliado):






El texto está contaminado de griego por ambos márgenes.


* Aracne era hija de un experto tintorero de púrpura de Tiro llamado Idmón, que era originario de Colofón: "El padre suyo, el colofonio Idmón, con focaico múrice teñía las bebedoras lanas", (Las metamorfosis, L. VI, vs. 8 y 9).
** Son de seis por ocho y constan de dos series, una de tono mayor y otra de tono menor.



4 comentarios:

Evil Preacher dijo...

El veneno, su extraño aspecto y, sobre todo, su habilidad para tejer sutiles trampas han hecho fascinantes y aterradoras las arañas en todas las épocas. Excelente reseña.

Me interesa particularmente su identificación con la femme fatale y otro aspectos del malvado femenino (quizá por asociación con la viuda negra).

Otra gran araña de ficción era Tecla, de la Abeja Maya, a la que representaban con cara de bruja.

+Miguel Vinuesa+ dijo...

Estando del mundo lleno de socialistas, o en su defecto de políticos de múltiples patas (todas para agarrarse al poder, no vamos a negarlo), y vas y nos hablas de arañas, jejeje.

Desde luego, dan juego y los juegos de palabras son divertidos. Quizás... En el fondo de nuestro subconsciente, representan un miedo que les tenemos. Miedo invencible, irrefrenable, hacia una criatura tan distinta de nosotros.

Rafa Parra Soler dijo...

Querido Movimiento 31:

Cuánto tiempo ha pasado. Espero que todo te vaya muy bien y no te falte trabajo (yo sigo preparándome las oposiciones de Secundaria en Andalucía- 260 plazas-).

Las arañas... Brrrrr! No son santo de mi devoción. Prefiero los canarios:)

Un abrazo,amigo

Movimiento 31 dijo...

Don Miguel, en efecto: el miedo subconsciente que padece el ser humano por causa de las arañas puede deberse a lo diferente que son con respecto al ser humano; sin embargo, incluiría otro motivo, que es la peligrosidad que tienen como depredadores de elite en la naturaleza. Además, el aspecto es espantoso. En fin, una utilidad de esta entrada podría ser la de perder un poco, por contacto, el miedo a estas criaturas. Celebro su vuelta al blog.

En efecto, Evil, la viuda negra y otras metáforas arácnidas son particularmente interesantes, así como su identificación recurrente con figuras femeninas. Aunque escapaban esta vez al alcance de esta entrada, porque el hilo conductor no era más que la ciudad de Tarento como un étimo fecundo. Otra espléndida criatura de Dios, la serpiente, curiosamente comparte muchas de estas características y usted bien lo sabe. En cuanto a Tecla, habrá que achacarle siempre su incapacidad para atrapar a Maya.

Don Rafael, comparto con usted su impresión de que los canarios son criaturas de Dios mucho menos hostiles y arredrantes, aunque no menos poéticas que las arañas. Un placer retomar el contacto de nuevo.

Saludos